27.12.09

Buenas noches, nosotras somos las palabras que te escriben.

25.12.09

Sigue siendo querer escapar. Es una pregunta ¿Sigue siendo querer escapar? Vivir sin la respuesta. Sin buscar la respuesta. No decir más quizás, sólo decir. Una misma idea son las dos caras. Desde dónde se ve al pensamiento, qué pensamiento mira al pensamiento. Esa es la pregunta que me quiero hacer. Todo en una cabeza, adentro de esta misma pequeña cabeza.

Primero pensé en no decirte que el cielo ahora es gris. Pero para que no sea falso te lo cuento, y te lo digo así: el cielo ahora es gris. El gris es hermoso, es distinto a ser felices en nuestras miserias. El gris es hermoso.

Todo, todo se va a terminar. No se si dormir o correr, pero prefiero dormir y pensar. Me encanta dar una vuelta más, las frases trilladas son la mejor manera de decir las cosas cuando encajan con la realidad.

Tampoco te lo iba a decir, pero esta canción me gusta porque me hace llorar.

Creo que es bueno que todo vaya a terminar, porque el fin no es la muerte, es el universo. Es bueno que todo vaya a terminar. Todo es uno, sigue lo demás. No es un mambo negro el mambo existencial.

Sin estilo o sin coherencia, pero ahora, ya. Si yo fuera tu esclavo te pediría más. El cuento no existe, no existe la historia. Por eso no la puedo escribir. Inventar sería existir, hacer existir. Creo que el mundo es simple pero las palabras no.

Basta de cielo, la tierra es mejor cuando es profunda. Se repite, se repite y está bien. Es así, se repite. No es un error, se repite. Se repite. Quiero que se repita. Si para seguir tiene que repetirse, quiero que se repita. Quiero seguir, seguir, caminar, correr, seguir, sin saber pero seguir, seguir el celeste, seguir. Todavía seguir sin entender las estrellas, después de tanta poesía y yo sin entender las estrellas.

¿Este gris es la luz de la noche o la del atardecer? Esto es un vicio y es llevarlo al extremo lo que me causa placer.

Hay tiempo, mucho tiempo, pasó lo mismo la otra vez. Pensaba que no había más de qué hablar. Con el tiempo es igual. En este momento es inagotable y no es una contradicción. La contradicción son las palabras, otra vez las palabras, y no me interesa buscar sinónimos, si tampoco lo voy a entender con sinónimos.

Quería seguir.

17.12.09

esta sensación es
estar de vuelta sin haber ido
la marcha atrás
reconocerme en el mismo lugar
esta sensación es
mentira
ante todo
mentira

hablar en serio es mentira

esto que escribo es
mentira
mentir
no dejar de repetir
esto es
como decir
decir
esto, es decir, esto es decir quizás si
esto es
parecido a creer
parecido a querer
parecido a crear

31.10.09

Mire 15 minutos una película y duerma.
Usted quiere escapar. Usted quiere evitarlo y en el fondo no, en el fondo hace todo lo posible para mirar una película 15 minutos, con mucha suerte 15 minutos, sin suerte 10, pero no son los minutos los que importan. Importa que usted antes de acostarse pone la película, prende el televisor, la computadora, el proyector, el artefacto y pone la película, cuidadosamente dedica centenares de segundos a poner la película. Y usted sabe, vamos sea honesto, usted sabe.
Usted odia lo que le pasa, eso es sincero. Usted no puede soportar que una y otra vez le suceda el mismo contratiempo, y usted se quede dormido mirando la película después de no más de 15 minutos. Para ser justos, ni siquiera mirando la película, porque apenas hayan pasado 2 minutos usted ya no está mirando la película. No, usted mira imágenes inconexas, tal vez incluso incoherentes. Usted no mira una película sino que mira un sueño, pero está despierto, todavía está despierto. Es desesperante, comprendo, se que es desesperante. Pero diga la verdad, usted se queja pero lo disfruta. Usted sabe que nunca va a terminar de ver la película, usted se miente cuando se dice que hay una posibilidad de quedarse despierto, de mirar al menos media película, o al menos media hora.
Usted no quiere escapar, usted quiere mirar la película 15 minutos y dormir. No le importa si hace tres meses no es capaz de terminar de ver una película, si ni siquiera quiere mirar la película. Usted quiere sólo un preámbulo, dígalo, escríbalo, no tenga vergüenza. No es un pecado mirar 15 minutos una película y dormir.

(Usted sabe, uno se pierde. Uno lee demasiado algunas cosas y se pierde en lo que escribe el que escribe esas cosas. Uno intenta escribir como el que escribe esas cosas, pero uno no intenta escribir como el que escribe esas cosas, solamente que para uno es de repente la única manera posible de escribir, hasta que después se acuerda de que existían otras, hasta que en el camino se da cuenta de que es posible que no esté escribiendo como el que escribe esas cosas, se da cuenta de que es posible que para uno sea obvio pero que los demás apenas lo noten. Uno lo aclara, uno dice que no quiere robar ni plagiar ni mentir, uno dice eso y sabe que es una mentira, uno lo sabe, si uno siempre roba, plagia y miente. Pero uno es más fuerte que uno, uno se justifica y aclara que sabe lo que esta haciendo y no le parece deshonesto. Pero esto ya es otra historia).

13.10.09

Cuando me olvidaba del problema, de esos problemas que eran tantos pero eran uno solo, al menos por estar juntos, al menos por viajar en la misma valija en el mismo tren, cuando me olvidaba y el día estaba soleado, salía a caminar sobre el colchón nublado del cielo, que no existía ese día de sol, ese día en que las nubes eran pura ausencia.
Era una caminata lenta, quizás ni siquiera fuera una caminata, quizás fuera más parecido a estar inmóvil, infinitamente inmóvil, balanceándose como un animal que sueña.
Cruzaba las calles del centro como saltando piedras en la orilla del río. Despojada de preguntas, desvestida de redes y enredos, comprendía que todos los lugares eran un mismo lugar cortado en mil pedazos, descuartizado por un tiempo irregular que no era ni círculo ni línea.
Corría a veces, corría porque era tarde o más bien porque quería verme, aceleraba los pasos para llegar más lejos o más cerca, más lejos y más cerca.
Yo esos días siempre estaba ahí esperándome, en el mismo banco en la misma plaza, sosteniendo esa valija de ese tren. Estaba esperándome para que cuando llegue corriendo no me olvide, para decirme que la oscuridad más oscura era la que había conocido al sol.

17.7.09

Los días de lluvia lee tus pupilas negras. Ella busca las grietas de la tierra, bucea en sus abismos húmedos, que son los mismos que los de tus ojos. Ella, con el cuerpo abierto, encuentra retazos de la verdad necesaria, oculta, y más que nada ocultada. Los años no traen el polvo, el polvo lo traen los asesinos del tiempo. Ella te pregunta cómo podría ser posible que termine la historia si en tu propia sangre sentís el universo, si tus pies todavía se mueven y tus manos no tienen miedo de quemarse con el sol.
Ella te mira y vos la ves, pero no es sólo ella quien te mira. Escondidos en las esquinas y en las hojas de los árboles, miles de ojos quieren encontrarse, encontrarte. “Mírense tranquilos” dicen los cínicos, que saben que con mirar nada cambia. Pero lo que ellos no saben es que de esos ojos van a crecer brazos, que ya no van a mirarse solamente.
Ella susurra en tu pelo verdades suyas y tuyas, ella y muchos otros susurran verdades nuestras.
Un día de lluvia, estalla el silencio en un grito.

18.6.09

Descubrí una imagen dormida, desperté esa imagen de sueño. Ni adentro ni afuera de la mente, memoria del olvido. No cerré ni abrí los ojos para mirarla, era imposible de mirar. Se olía, se escuchaba.
Era la foto de un lugar idéntico a mí, la emoción condensada, el espacio sin ocupar. Era sonido de una guitarra maquillada, una canción vestida de imagen, que dolía profunda y encantaba enferma como la dulzura de la sangre.
La imagen me comprendía, me contenía, pero yo pensaba, horrible negación, pensaba que ella no existía, que era ilusión o fantasía, que ella no existía pero después creía que era pura existencia, después la perdía en el abismo que se abre entre el instinto y la gente.

29.4.09

Una idea: olvidarme de la idea hasta que sólo haya sensación.

O quizás.

Una idea: la sensación es la inevitable consecuencia de la idea, el resto no es más que instinto.


De esto, una pregunta: ¿Le escapo a la necedad o a la decisión?

6.4.09

Ellos dicen que el progreso. Ellos dicen, saben, hablan del progreso. Y ellos piensan que la razón. Ellos saben que la razón. Ellos creen que pensar es más humano que sentir, y que calcular es siempre mejor.
Ellos dicen que el progreso. Ellos dicen, saben, hablan del progreso. Y ellos piensan que el progreso de la humanidad y el hombre. Ellos creen que el adulto es más que el niño, el niño que no es persona sino niño, el niño que todavía no sabe, no dice, no habla, el niño incompleto, el niño animal. Ellos se olvidan del olvido.
Ellos dicen que el progreso. Ellos revelan verdades pero sus verdades ocultan, y en sus verdades se esconden. Ellos no saben que nacemos del sexo y no de la ciencia. Ellos ignoran que venimos de la sangre, que somos hermosos de tan sucios, de tan manchados. Ellos no entienden que la carne es la madre del espíritu.

Ellos allá, y de nuestro lado el mundo.

16.3.09

Este viento es otro. Como si tuviera otro nombre, como si mereciera tener otro nombre. Quizás que se llamara memoria o nostalgia o incluso navaja tendría más sentido. Todo es tan ridículo algunas veces. Como si esto se pareciera al viento de Buenos Aires o al de la Cordillera de los Andes, como si se les asemejara aunque fuera en lo más mínimo. El culpable es nuevamente el lenguaje, por pobre y por idiota, por ser totalmente inútil. Eva, por bronca y por necesidad, deja de llamarlo viento para llamarlo navaja, aunque eso implique alejarse aún más del mundo y de la gente del mundo.
Lo que importa es que la navaja acaricia sólo el cuello de él, deslizándose entre sus arrugas, hasta hacerlo explotar de frío y de sal. Ella ve el pasado, le teme sin siquiera entender por qué. No es miedo al pasado en el futuro, no es miedo a volver a cometer los mismos errores, a caer una y otra vez en las mismas estupideces. Es un pánico calmo y monstruoso, apenas humano. Lo que la acecha es aquello que mejor conoce, años atrapados en un frasco con formol, quedados en el tiempo, como una secuencia de imágenes que se repite durante horas en una película muda.
Él mira el mar. Él mira el horizonte como quien mira una taza de café, como quien mira cualquier objeto comprado un día de lluvia o regalado por alguna de esas tías viejas y perfumadas, él sin darse cuenta de lo imbécil que es para el resto, de la pérdida de tiempo que significa quedarse semanas mirando una taza de café mojada. Él no es consciente y por eso es feliz. Dejó de perseguir al tiempo, y quien no es perseguido tampoco puede escapar (esconderse, correr, pero jamás escapar, delirios paranoicos del tiempo quizás, pero jamás escapar).
Eva lo mira de lejos. Algunas noches ella es cómo él, al menos un instante antes de dormirse, o tal vez uno después. La noche es sabia, piensa Eva. Pero sus días son necios y los de él (y esto ella lo sabe a pesar de que no hayan cruzado ni una palabra, ni una mirada), los de él son reales.

22.2.09

Lloré hasta encontrarlas.
Hormigas pequeñísimas caminando en mis manos,
caminando ellas y yo quemando el pasado.
Hermosas sin lastimar,
negras y rojas sin lastimarme,
y yo soñando despertar de un sueño inconcluso,
yo durmiendo en un sueño de ciegos.
Mugrosa tristeza de ciudad.
Basura de pies mojados,
basura de cuerpos y de noches,
basura de tu voz que me habla de la luz.
Basura, porque hace años que no existe el tunel.