22.12.10

Me muerde las piernas la nostalgia de tus manos inventadas. Tu cuerpo invisible de insecto brillante escupe las semillas de uvas perdidas.

Tengo un pájaro de campociudad en la médula que teje en silencio un vestido impreciso: en las horas ocultas me cubre las mentiras.

Mi memoria es el árbol verde que sueño en las siestas ácidas. El limonero me deja caminar sus ramas y la tierra de naranjas me trepa los labios.

Esta noche mi casa se inunda y el río me lima la corteza. La cama infiernoparaiso no tiene imanes. El que me llama es el cielo.

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